LOS PROBLEMAS DEL NACIONALISMO ARGENTINO: DIVISIÓN Y DOCTRINAS CONTRAPUESTAS.

• A esta problemática se suma el efecto de la imposición de una versión particular de la historia desde 1810, influenciada por la masonería. La balcanización de las Américas y el consecuente lavado mental han sido tan profundos que incluso el nacionalismo argentino no ha escapado de esta confusión, cayendo frecuentemente en errores y malentendidos. La narrativa histórica impuesta ha distorsionado la comprensión de los eventos y figuras clave, generando divisiones internas y desvíos de los objetivos originales del nacionalismo. Esta situación resalta la necesidad de una revisión crítica y unificada de la historia nacional para poder construir un nacionalismo que realmente refleje los intereses y valores de la sociedad argentina.

• El nacionalismo argentino está mal, lo que provoca que los partidos nacionalistas se dividan y caigan en contradicciones. Como resultado, todos los partidos nacionalistas están divididos y enfrentados entre sí. Cada secta tiene un líder con delirios hitlerianos y una interpretación propia de lo que es el nacionalismo. Esta situación lleva a una tergiversación y a un sinsentido, desviando el movimiento de su propósito original y generando confusión en la sociedad argentina.

• Para empezar tenemos a los nacionalistas blancos, que en Argentina promueven la visión de un país exclusivamente blanco y europeo, argumentando que esta es la verdadera identidad nacional. Consideran que las poblaciones indígenas del norte del país no encajan en esta visión idealizada y proponen separarlas, perpetuando divisiones étnicas y culturales. Esta perspectiva refleja tensiones históricas y contemporáneas sobre la identidad nacional argentina, donde algunos sectores buscan redefinir el país a través de una lente étnica y racialmente exclusiva.

• Luego tenemos a los nacionalistas católicos, que en Argentina muestran una postura compleja y a veces contradictoria respecto a la historia política y social del país. Por un lado, rechazan la influencia masonica en la creación del estado nacional argentino, ignorando o minimizando el papel que líderes históricos, como los pertenecientes a la Logia Lautaro, tuvieron en la gestación del país. Esto a pesar de que la Iglesia Católica condena explícitamente la masonería. Sin embargo, estos mismos nacionalistas católicos apoyaron activamente golpes de estado, como el que derrocó a Perón, motivados en parte por la oposición del líder peronista a la Iglesia Católica y su relación con la masonería. Paradoxalmente, este golpe también fue concebido y apoyado por sectores masones y liberales, grupos igualmente condenados por la Iglesia Católica. A pesar de estos conflictos ideológicos y contradicciones, los nacionalistas católicos argentinos parecen pasar por alto estos hechos para justificar su apoyo a movimientos que consideran protectores de los valores católicos y nacionales que defienden.

• Del otro lado, tenemos a los nacionalistas peronistas que critican abiertamente a la masonería y la sinarquía, pero a menudo pasan por alto el hecho de que Juan Domingo Perón mismo fue miembro de la Logia Masónica Propaganda Due. También ignoran o minimizan los ataques de Perón hacia la Iglesia Católica, a veces considerándolos como propaganda difamatoria. A pesar de que Perón escribió frases como "ser masón es como ser hincha de Boca" y justificó la defensa de la libertad de culto señalando que fueron los católicos quienes derrocaron su gobierno, no pastores protestantes ni rabinos judíos. Perón también fue el primer presidente argentino en reconocer a Israel y tuvo un ministro de economía judío que pertenecía al Partido Comunista. Además, Perón discutió sobre la "línea nacional" y la "línea británica" en las independencias americanas, posicionando a San Martín dentro de la línea nacional a pesar de que él mismo era masón y sirvió a intereses británicos. Esta contradicción refleja el dilema de la masonería al intentar concienciar sobre su potencial dañino mientras simultáneamente tergiversa la historia para destacar su papel en la doctrina del nacionalismo moderno.

• En el contexto de las corrientes nacionalistas, que han generado tanto interés como controversia, se observa una notable decadencia y transformación hacia lo ridículo. Sin embargo, aún más llamativos son los líderes y referentes que emergen en este paisaje. En este artículo, exploraremos algunos de estos líderes, revelando aspectos de su pasado y presente que arrojan luz sobre sus trayectorias y el impacto que han tenido en el panorama político actual.


LIDERES DEL "NACIONALISTAS"

• Juan Grabois ha surgido como una figura prominente en el ámbito nacionalista argentino, impulsando un discurso que conecta la historia de la Logia Lautaro con una reivindicación del catolicismo influenciado por la teología de la liberación. Sus propuestas incluyen la adquisición de armamento nuclear y críticas hacia el sistema financiero usurero. Críticos señalan que su origen judío moldavo puede influir en sus posturas y alianzas, generando debate sobre sus verdaderas lealtades y motivaciones.

• Guillermo Moreno ha surgido como una figura polémica en la política argentina contemporánea, ganando popularidad a través de una intensa difusión mediática y en plataformas de streaming. Conocido por su vinculación al régimen kirchnerista durante la llamada "década ganada", Moreno se identifica con políticas que algunos critican por haber promovido agendas progresistas como los derechos LGBT mientras combatía lo que él denomina oscurantismo religioso. Sin embargo, sus detractores señalan su participación en políticas económicas criticadas y su reivindicación de figuras controvertidas como Hebe de Bonafini, conocida por sus acciones provocativas contra la Iglesia. Moreno, ahora adoptando una postura religiosa y conservadora, lidera un partido llamado "Principios y Valores", irónicamente vinculado a una década marcada por acusaciones de corrupción masiva. La presencia en su partido de Ezequiel Guazzora, un periodista y youtuber encarcelado por delitos graves, ha agregado controversia a su figura. Además, sus comentarios sobre un nacionalismo inclusivo, que incluye referencias frecuentes a la diversidad racial y promueve el mestizaje de manera destacada, han generado críticas, acusándolo de tener una visión superficial o incluso problemática de la identidad racial y étnica. Sus afirmaciones sobre los judíos peronistas y Argentina como la "tierra prometida", junto con sus conexiones familiares de origen judío, han sido motivo de debate sobre sus verdaderas convicciones y alianzas políticas.

• Santiago Cuneo se ha destacado por su trayectoria errática en la política argentina, habiendo transitado por múltiples partidos y corrientes ideológicas a lo largo de los años, desde el alfonsinismo hasta el kirchnerismo, pasando por el macrismo y más recientemente posicionándose en la oposición. En las elecciones de 2023, su intento de lanzarse como candidato bajo su propio partido, el "Movimiento de Izquierda Juventud Nacional", fracasó al no superar las PASO. El partido de Cuneo refleja una ironía palpable al llevar un nombre que sugiere una postura de izquierda nacionalista, lo que algunos interpretan como una muestra de la falta de diferenciación real entre las ideologías tradicionalmente opuestas. Más sorprendente aún es la participación activa de su esposa, conocida por ser una militante proaborto y simpatizante de líderes como Maduro y Lula, alineándose así con las tendencias de la izquierda sudamericana que también comparte Cuneo. Entre los candidatos de su lista se encontraba Nadia Epstein, inicialmente famosa por su participación en programas de entretenimiento y escándalos mediáticos, cuya incursión en la política a través de Cuneo ha sido objeto de controversia. Además, en las internas de su partido, otro candidato destacado fue el piquetero Raúl Castells, conocido por sus posturas comunistas y su activismo social radical. Esta amalgama de figuras y antecedentes dentro del partido de Cuneo refleja no solo la eclecticidad de su liderazgo político, sino también las tensiones y paradojas inherentes a la política argentina contemporánea.

• Alejandro Biondini, un perpetuo candidato con un historial de obtener consistentemente el 0.02% de los votos, suscita curiosidad por su constante financiamiento a pesar de su escasa popularidad. Se presenta bajo la bandera del "bien de la nación", aunque afirma ser informático a pesar de tener un título universitario en derecho, lo cual es intrigante. Además, su partido recibe millones en financiamiento para propaganda, lo cual es aún más desconcertante, levantando preguntas sobre quién lo respalda. Biondini ganó notoriedad por su asociación con el neonazismo, caracterizado por pintar esvásticas y adoptar vestimenta neonazi, mientras su partido adoptaba la estética de Adolf Hitler. Aunque ahora dice ser católico y defensor de los valores patrióticos tradicionales, su autodenominación como "Kalki", la última reencarnación del avatar Visnú en la mitología hindú destinada a acabar con la era de oscuridad, revela una fascinación profundamente arraigada en el esoterismo nazi y la mitología aria. Esta elección de apodo no es casualidad, dado su pasado como fanático neonazi y la conexión histórica del esoterismo nazi con la mitología hindú, vista como una imposición aria sobre los pueblos nativos de la India. En el año 2020, Biondini respaldó las medidas pandémicas de Alberto Fernández, mostrándose como parte del sistema y servicial hacia él, contradictorio con su imagen de antisistema patriota y defensor de la libertad que intenta proyectar.

• En resumen, el nacionalismo argentino no solo incluye a comunistas, promotores de la teología de la liberación, sionistas ricardianos de inclusión, reencarnaciones de deidades hinduistas, hippies de la Nueva Era y herejes gnósticos hiperbóreos, sino que ahora también cuenta con la presencia de un ruso con delirios místicos y su Cuarta Teoría Política, pero nadie que defienda los valores culturales de nuestro pueblo.


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